En los últimos años, agricultores de América Latina han comenzado a adoptar fertilizantes más precisos para enfrentar desafíos como sequías prolongadas, plagas resistentes y suelos agotados. Uno de estos productos que está revolucionando el cultivo es el amoníaco sulfato de alta pureza, un nutriente soluble en agua con una composición equilibrada de nitrógeno (N) y azufre (S).
Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Colombia demostró que el uso regular de este fertilizante aumenta la resistencia de las plantas al estrés hídrico en hasta un 37%.
Mientras que el nitrógeno promueve el crecimiento vegetativo, el azufre actúa como un cofactor clave en la síntesis de proteínas y antioxidantes. Juntos, ayudan a las plantas a:
| Cultivo | Incremento de rendimiento (%) | Reducción de estrés hídrico (%) |
|---|---|---|
| Maíz | +22% | -37% |
| Arroz | +18% | -32% |
| Tomate | +25% | -41% |
Estos resultados no son anecdóticos. En una finca de 120 hectáreas en Perú, donde se aplicó el amoníaco sulfato de alta pureza durante tres temporadas consecutivas, los agricultores reportaron una reducción significativa en la necesidad de pesticidas y una mejora visible en la salud del suelo — incluso después de cinco meses sin riego.
A diferencia de muchos abonos tradicionales que liberan nutrientes lentamente o contienen impurezas que afectan el pH del suelo, el amoníaco sulfato de alta pureza tiene una solubilidad del 98% en agua. Esto significa que las raíces lo absorben casi inmediatamente, sin acumular residuos tóxicos.
Además, su formulación evita la volatilización del nitrógeno, lo cual es crítico en regiones tropicales donde el calor acelera la pérdida de nutrientes. Esto hace que sea especialmente útil para agricultores que buscan rentabilidad sostenible sin comprometer el medio ambiente.
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